viernes, 14 de octubre de 2011

Wilfredo Arriola en el Festival Internacional de poesía El Salvador 2011


Wilfredo Arriola miembro de La Fragua fue invitado al festival internacional de poesía El Salvador 2011 en el marco de las celebraciones del Bicentenario, algunas fotos del evento

En la mesa de honor junto a los demás poetas.

Wilfredo Arriola recibe un diploma de reconocimiento de parte de la Unidad de Cultura de la Universidad Evangelica de El Salvador.



Roberto Mascaró (Uruguay) Wilfredo Arriola (El Salvador) Salvador Madrid (Honduras)

Los invitados fueron: Sofia Fadeva Skanarina (Rusia) Barbara Betea (USA) Pablo Bromo (Guatemala) Salvador Madrid (Honduras) Margus Latyik (Estonia) Roberto Mascaró (Uruguay) y Wilfredo Arriola ( El Salvador )


Poemas de Wilfredo Arriola

Exilio Nocturno

LLEVO A LA NOCHE en mi pecho
como las despedidas de tu manos
llevo cantos derramados
llevo luciérnagas apagadas
besos muertos en los caminos desechos
llevo dos días que nunca sucedieron
y una luna tapando un sol.
Si las lagrimas me piden exilio
es por la palidez de mis ojos ante el desconsuelo

Llevo tu consonante adherida
las tumbadas glorias en otros espacios
cansados de mi.
Llevo al que fui, en la maleta estrecha
certificada de desvelo
la crisis pasiva, la subversiva
la eterna palabra disfrazada de horizonte

Llevo deudas sociales
para los que no les asistí
a sus insensatos bosquejos pre- nocivos.
Llevo nada de tu cuerpo
ni la sal gastada,
mucho menos el sabor abolido a mis bienes.
De la perpetua noche dejaré:
deudas, néctares, resacas,
tres pasos para atrás…
te dejaré a ti la cosmología del desamor
nada que no sea mío, nada que no viví.
Llevo una lluvia en mis manos

Que se atrevió a inundarme la crisis

a ahogarme el verso, a romperme la balsa

y si quiere Dios sigo cantando el estribillo

ese que canta

ese que llora el himno a voluntad de nadie

el de la mano en la dicha

el de voz cabizbaja

el de bajas intenciones.

Llevo una lluvia en mis manos

y ya la siento en mi boca y más que en mi boca, en tu alma.


Me quitaré la alpaca,

penaré mi huida le jugaré aguantar

la mala mirada a los búhos faltos de alma

ricos en espera...

Mi exilio nocturno será por esa razón de ya no ser

por dimitir de la arcilla de las estrellas

por comulgar la peregrinada alba de luto

por dormir en la acera del desconsuelo

por confesarme ante las sombras del día infinito

por aguantar la imparidad de mi cuerpo y mi ser.


Mi alma no tiene mar.

azulada la sangre

yace el verso encapillado

en el matinal traje cívico

que portan los labios del amanecer

sintiendo las carabinas

me sepultan más en el recoveco

de mis velas interinas

los ecos rumuran

el espacio desierto que dejas

mis cejas unidas al desconsuelo

supuran la puritana intención

de apaciguar las turbias aguas de tu indiferencia

mi alma no tiene mar.



Miradas

ES CIERTO, mi mirada no detendrá el río.

En esta piedra solo cabe mi afán

donde se vierten las bocanadas de alientos

fenecidos en mi boca.

Distante sumerjo mis manos en los poemas

faltos de fechas.

Recuerdo el humo acibarado de las calles

con tu paño de rebeldes lienzos sobre mi cara

iracundo de vestirme con la mirada perdida de las aves que ignoran nuestro camino.

Yo no puedo detener el vidrio de los cristales

frecuentados por tu reflejo de mujer de tiempo inerte.

Tú si puedes detenerme,

como un reloj olvidado sin energía

y sin embargo te vas, así como las aves

que saben de su camino.

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