lunes, 25 de febrero de 2008

Una Lágrima viva


Por Luis de la gazca
El Salvador


En las inquietas aguas de tu aura enardecida, por tu ímpetu violento, secretos descubrí; tan crueles e impiadoses en su ansia maldecida, cuyas sombras impuras no quiero para mí.

Y aunque fue de mentiras el amor que me diste, ha valido la pena conocer tu desdén. No hay lugar en mi pecho para un recuerdo triste, cuando al cerrar la puerta pueden abrirse cien.

No pretendo ofrecerte una lágrima viva ni el orgullo siquiera de mancillar mi amor. Hay un algo en mi esencia que la mantiene altiva; por lo que no se humilla mostrando mi dolor.

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