jueves, 4 de septiembre de 2008

Virtualidades de la obra de Roque Dalton


Luis Alvarenga

El Salvador

Es evidente que la obra de Roque Dalton se caracteriza por ser compleja. Posee unas virtualidades que aún no han sido exploradas por la crítica. Ésta ha partido de las presuntas contradicciones que caracterizarína esa obra: militancia y vocación poética, cosmopolitismo y localismo, ortodoxia y heterodoxia ideológica y poema y panfleto. A partir de esas presuntas contradicciones, ha sido usual escoger uno de los polos enfrentados y de ahí ensayar una lectura que pretendería rescatar lo «esencial» de la obra daltoniana. Así, por ejemplo, aquella crítica que privilegia aquella parte de esa obra que expresa de manera inmediata los ideales de transformación social del autor, de alguna manera optan por excluir del análisis aquellos textos que cubren otras preocupaciones vitales del poeta. Por otro lado, la crítica que ve en el Dalton como un hombre escindido entre su militancia revolucionaria y su innegable vocación poética, consideran tácitamente que lo esencial del escritor residirá en aquellos textos de mayor calidad poética.

Ambas visiones son parciales. Ciertamente, en Dalton había tensiones de carácter político, estético y existencial —su biografía lo confirma—. Pero eso no justifica que libros tan disímiles en calidad y en intención como El mar y Las historias prohibidas del Pulgarcito sean manifestaciones de un yo literario esquizofrénico. La totalidad de la obra de Dalton —que abarca el ensayo, la crítica literaria y el análisis político— es muestra de una preocupación intelectual por dar cuenta de la realidad. El ideal raigal en el autor de Los pequeños infiernos es el de hacer de la poesía una forma de vida. Por ello, reiteradas veces, biografía y creación se entrecruzan en Dalton. Hacer de la poesía una forma de vivir plantea el desafío de buscar una visión poética de la realidad, una metafísica poética de la realidad. Pero no es solamente un ejercicio intelectivo: en Dalton hay una marcada opción ética por la liberación de las mayorías populares. Por lo tanto, la articulación poética de una visión de realidad está en función de esa liberación.

Este es un punto donde mucha de la crítica suele hallar un escollo. Suele entenderse liberación en un sentido político muy limitado. En Dalton, esa liberación será proyecto político, pero también una liberación vital y poética. Vital, en tanto la actitud de Dalton hacia la vida será la de la búsqueda de plenitud, de una vida auténtica. Poética, porque comprenderá que todo intento de liberación será limitado si el lenguaje no está emancipado de esquemas opresivos. En el poema en prosa Con palabras hará un interesante planteamiento al respecto. Pero también es una liberación poética, porque asumir su condición de poeta llevará a Dalton a entregarse a la utopía revolucionaria. Eso es patente en toda su obra.

La obra de Dalton también es rica en problematizaciones sobre distintos aspectos de la realidad, que no solamente abarcan lo político. El libro Los hongos, dedicado al poeta nicaragüense Ernesto Cardenal, plantea la religión como problema. Y su planteamiento dista de ser la fácil respuesta de la escolástica marxista leninista al uso. En su enfoque sobre la religión, el Dalton de Los hongos desplegará, más que soluciones, desafíos, articulados a base de ironía, episodios autobiográficos, referencias históricas o teóricas —desde Nietzsche a Merleau-Ponty— y un lenguaje complejamente tratado.
El camino está, pues, abierto. Toda crítica que quiera acercarse a las múltiples virtualidades de la obra de Dalton deberá hacer un esfuerzo por partir de una visión estructural y no parcial, compleja y no escindida, de esa obra. De esta manera podremos nutrir nuestro pensamiento del valioso legado de uno de los más grandes poetas salvadoreños.