Por René Chacón Linares
El Salvador
Mi madre en su hilera de estrellas
y disimulado silencio abona la espera.
Aún sabiendo que las rosas son pretextos
para olvidar espinas…
En su humilde trono sin corona, heredero de insomnios,
aspirinas y otros analgésicos
se afana en bordar la inexistente primavera.
Sin ver a sus pies el monstruo de mentiras,
hechicero de palabras, que en su loco afán por sobrevivir,
le roba una flor al espíritu bello de su sonrisa.
y disimulado silencio abona la espera.
Aún sabiendo que las rosas son pretextos
para olvidar espinas…
En su humilde trono sin corona, heredero de insomnios,
aspirinas y otros analgésicos
se afana en bordar la inexistente primavera.
Sin ver a sus pies el monstruo de mentiras,
hechicero de palabras, que en su loco afán por sobrevivir,
le roba una flor al espíritu bello de su sonrisa.
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