Hazel Lacayo
Nicaragua
A mi madre: Jossette Avilés Sánchez
Hoy ha llamado mi madre.
Hoy ha llamado mi madre.
Me ha dicho que ha perdido todos sus cabellos.
Un corzo metálico respira ahora por ella en este instante
y he pensado en su calvicie,
incapaz también de respirar por mi propia cuenta.
Es calante la calma en mis venas.
Es calante la calma en mis venas.
Sonaba a ave, de quien no soy jaula.
Lamento la condición de erigirme
en una paleta de carne
y no en su malva que augure:
lloverá sin mojar, nevará sin helar;
pero aquí está tu fuego, muy joven:
azufre y astilla y fricciones.
Yo quise que mis ojos enunciaran:
Yo quise que mis ojos enunciaran:
lluvia cae, descociendo el desierto para ella.
Quise plantar un hijo de sangre
con la seca voluntad de una espada
que no puede partir una flor de una estocada.
Quise violetas, y no el siena de sus ocres.
Quiero lavar a mi madre,
Quiero lavar a mi madre,
estrechar su brezo seco: mis únicas flores.
Quiero ser un dedo que inmute al viento,
aunque no señale las verdades;
una cara que borre otras caras,
un universo sombreado por su estela;
sangre de sus llagas para remojar mi pan.
Al saberte triste, he empezado a respirar sangre.
Al saberte triste, he empezado a respirar sangre.
Tu recuerdo moreteó todos mis huesos,
maquilló la belleza con óleos invisibles.
Ahora, en mi piel no me calzo como en un dedal
no puede caber todo el mundo para evitar ser herido.
Como una mano hecha sólo de una uña viva: florezco.
Como una mano hecha sólo de una uña viva: florezco.
Como una pala que jamás se atrevería a excavar: descubro.
Como nadie que recordaras haber visto de frente: recreo.
Nada tiene color ni dimensión en este cuarto blanqueado.
¡Quiero que me entierren en ti y no en la tierra!
¡Quiero que me entierren en ti y no en la tierra!
2 comentarios:
Felicidades Fragua aqui llega el primero premio
Muchas gracias Mauricio.
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