Ricardo Lindo
El Salvador
Esas ondas tinieblas que nos nacen
y recorren los sueños de los sueños,
lo que un hombre dice,
y tiene
sabor de locura en la noche
pero su locura tiene sabor de cordura de los sueños,
y las luces,
las luces que viven en la sangre,
van recreando entonces
la historia toda de lo creado.
Y van los barcos,
los barcos que no saben nada de esta historia
y traen mercadería y gentes,
y las embarcan y las desembarcan,
los barcos,
mansas bestias en el silencio de las aguas,
y sobre el corazón de las aguas que late
transportan otros, esos pequeños yunques oscuros
que en los pechos de los viajeros golpean,
y dicen “allá lejos, allá lejos”,
cargados de baúles y esperanzas
imaginado ser mejor aquello que esto,
mejor la vida en tierra prometida
que en la perdida tierra.
Mas nadie cantara la canción que yo canto,
Ni habrá más tierra prometida jamás
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